Fotografía por Revista Agathos

El Trabajo Social Sanitario en historias de Navidad

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Dice un proverbio japonés «Si quieres conocer el pasado, mira el presente que es su resultado. Si quieres conocer el futuro, mira el presente que es su causa».

Así, cada profesional es lo que fue y, con matices, será lo que es, en estas fechas navideñas, habitante de mundos inciertos, alentados y sacudidos por las vidas de las personas enfermas y familias que atiende. Vidas que parecen amar y empujar casi siempre al mismo tiempo, vidas que zigzaguean entre las vivencias esbozadas por la enfermedad, por sus secuelas y que, en ocasiones, contra todo pronóstico, cuando la existencia parece derrumbarse, encuentran soluciones en su chistera. Esto último, sin embargo, no siempre es algo azaroso, muchas veces al lado, acompañando, investigando, motivando, reforzando, encontramos a un trabajador social sanitario quien, recordando un bello pensamiento de Mary E. Richmond, ha hecho de la escucha un arte y de la ayuda una profesión virtuosa y científica.

La mayoría de trabajadores sociales sanitarios aman a la profesión, sin vocación, el ejercicio sería un imposible. El estrecho contacto con sus clientes, les permite ver y conocer cómo, en estos días festivos, viven su enfermedad entremezclando los diferentes ambientes de júbilo con la incertidumbre de un diagnóstico. Por ello, el trabajo social sanitario, estos días  palpitará en infinidad de historias de Navidad.

Es un tiempo de ritos, de un vivir distinto, tanto para quienes celebran las festividades, entrando de lleno en el «espíritu navideño», participando con todas sus emociones y vivencias, como para quienes tratan de evitarlas pues, difícilmente, salvo que se envuelvan y aíslen, podrán sustraerse de las huellas de las navidades que, entre aromas, luces pestañeando, villancicos y agraciados por números premiados, recorre las principales calles de ciudades y pueblos.

Cada persona enferma vive la Navidad protagonizando una historia singular. Estos días, especialmente, el ejercicio en el hospital, en el centro de salud, transcurrirá por momentos, unos rebosantes de alegría, otros deshechos por la tristeza y la pena. Participando de cada uno de ellos, el trabajador social sanitario sentirá, a su manera y al mismo tiempo, la fortuna y los golpes de la vida. Estos días, más que nunca, cada profesional asiste como testimonio de excepción a infinidad de acontecimientos escapados de los confines del anonimato y de la interioridad de los enfermos.

Nuestra profesión se ejerce en los espacios más íntimos y privados de las personas. Con su permiso participamos de los sentimientos más profundos y descubrimos infinidad de vidas, infinidad de vivencias: algunas marcadas por profundos afectos, otras por abandonos y olvidos. Muchas por la soledad y el recuerdo de los que se fueron para siempre, aunque en estos días, regresen abruptamente recorriendo desdibujados los senderos de la memoria. Los enfermos comparten sus historias de Navidad con los profesionales en general pero con los trabajadores sociales sanitarios muy en particular y ellos ayudarán de la mejor manera a quienes se sienten en carne viva, acuciados por el dolor y el sufrimiento, por la angustia del no saber, por la zozobra de la espera de una intervención, una prueba. Muchos profesionales se desvivirán por minimizar estos sentimientos negativos, estas emociones de los pacientes, vivencias que la Navidad desbocan cual corcel salvaje. Cada profesional tratará de reunir, de vincular, de buscar presencias para que de repente, una llamada, una voz, desaten un llanto de alegría.

Desde la SCETSS agradecemos a cada profesional del trabajo social sanitario su labor y presencia en el sistema sanitario contribuyendo con su conocimiento y manera de estar, con su actitud y predisposición, a mejorar el sentir y existir de las personas enfermas y sus familias, siempre, pero especialmente, en fechas significativas como las presentes.

Dolors Colom Masfret (Vocal SCETSS) – Barcelona, 24 de diciembre de 2017

2 comentarios en “El Trabajo Social Sanitario en historias de Navidad

  1. Todos esos sentimientos nos envuelven pero mayormente sentimos frustración por no poder desarrollar todo el potencial de la profesión, limitados como estamos por la sobrecarga asistencial y por el creciente intrusismo profesional de las enfermeras, que pretenden convertirnos en sus apéndices o en meras auxiliares en nuestro propio espacio profesional.No, no es un tiempo, el presente, para sentir alegría, por ser una trabajadora social sanitaria,aunque esta profesión nos guste.En el Planeta Sanitario solo pueden morar las trabajadoras sociales muy resilientes

  2. Me decepcionas Isabel. En el Planeta Sanitario moramos muchas Trabajadoras Sociales Sanitarias que, a pesar de las dificultades, creemos en seguir caminando, sin prisa pero sin pausa, para hacer el camino y alcanzar la meta final. La sobrecarga asistencial está presente en muchos profesionales de la sanidad y ello no puede ser impedimento para hacer bien nuestro trabajo. Tenemos que comenzar por priorizar teniendo muy claro nuestra especialidad. Así también pararemos el intrusismo profesional. Feliz Año!

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