Poco se puede escribir sobre este 2020 a punto de acabar que no se haya dicho. Nadie ha escapado a los efectos de la pandemia COVID-19 y todos hemos vivido momentos críticos.
Pertenecemos a una profesión habituada a las dificultades, a los contratiempos, a las adversidades. Pertenecemos a una estirpe de profesionales capaces de superar y recomponer los grandes desgarros vitales de las personas.
A lo largo de estos 115 años de historia, hemos dado muestra de esta fortaleza y capacidad de reconstruir lo vital, lo social, lo económico, lo personal, lo laboral… la profesión ha superado dos guerras mundiales, guerras civiles, pestes.
La misma Garnet Isabel Pelton, la primera trabajadora social hospitalaria, se vió infectada de tuberculosis a los pocos meses empezar su ejercicio profesional en el Massachussets General Hospital. Por esta enfermedad se vió obligada a dejar su plaza. Fue inmediatamente sustituida por Ida M. Cannon. Y así, a lo largo de más de un siglo, los trabajadores sociales sanitarios han liderado acciones e iniciativas para desustanciar los inacabables rosarios de dificultades psicosociales de las personas enfermas y de sus familias.
Empezábamos este año 2020 sin imaginar, ni mínimamente, el desastre y sufrimiento universal que estaba en camino. Ni se nos pasaba por la cabeza pensar que los profesionales de primera línea podrían tener que intervenir en situaciones tan extremas e inimaginables, tan injustas para todos. No imaginábamos que caeríamos en una precariedad de medios y fuerzas como la que aún vivimos.
Pero ésta es una profesión que lleva en su ADN la fuerza, la creatividad, la innovación, la capacidad para movilizar grandes montañas y sobre todo la fuerza del conocimiento del trabajo social sanitario.
El presente nos obliga a pensar un nuevo futuro, no el que pensábamos, uno nuevo, basado en datos y evidencias, en el sentir y el querer de las personas que necesitan la ayuda, un futuro que en ningún caso puede significar volver a los tiempos de la caridad.
La SCETSS agradece a los equipos de trabajo social sanitario, pero también a los equipos médicos, de enfermería, de psicología, de administración, de mantenimiento y limpieza,… a los equipos externos al sistema sanitario, como los de servicios sociales, todo su quehacer. Gracias por haber sido capaces de salir adelante. Gracias. Y siempre lamentaremos las pérdidas de las personas que nos han sido arrebatadas, no podemos dejar que caigan en el olvido frío de las estadísticas.
Deseamos que el 2021 signifique dejar atrás todo este dolor y malestar.
Junta Sociedad Científica Española de Trabajo Social Sanitario – Barcelona, 22 de diciembre de 2020